Los rellenos de los Surcos Nasogenianos con Acido Hialurónico se han convertido en uno de los tratamientos médico estéticos más demandados en la actualidad. Esta sustancia es segregada por nuestro organismo de forma natural y se encarga de regular la hidratación de la piel. Sin embargo, con el paso del tiempo la producción de esta molécula comienza a disminuir, haciendo que nuestro rostro comience a presentar líneas de expresión, arrugas, flacidez, pérdida de definición del óvalo facial… De ahí que las infiltraciones de ácido hialurónico sean una buena alternativa para combatir el envejecimiento y restaurar los volúmenes perdidos.
El procedimiento es muy sensillo, primero aplicamos el relleno con técnica de retroinyección con la finalidad de despegar la dermis; con el bisel hacia arriba, deslizamos la aguja como si fuera un túnel intradérmico en toda la longitud del surco hasta el asa nasal, realizando cada entrada a una distancia de unos 12 mm que corresponden más o menos a la longitud de la aguja. El sistema de relleno deberá iniciarse de abajo hacia arriba (ascendente con respecto a la arruga o pliegue) con la única finalidad de que al introducir la aguja y depositar el relleno, éste no salga por el orificio de entrada de la punción anterior. En el área triangular del asa nasal y sin retirar la aguja, realizamos tres aplicaciones: superior medio e inferior, formando un triangulo con base en el asa nasal y vértice en el surco (técnica en abanico). Hacemos un relleno discreto buscando obtener un despegamiento del surco o de la arruga aplicando aproximadamente medio vial de producto en cada surco. No requiere ingreso hospitalario ya que no hay heridas, solo el punto de inyección. El paciente puede incorporarse inmediatamente a su vida normal sin complicaciones, evitando, eso sí, cualquier situación agresiva en la zona indicada en los días posteriores a la intervención.